lunes, 15 de octubre de 2012

ARTICULO DE OPINION sanchez 5 "f"


LA RELACION DE VIOLENCIA ENTRE EL HOMBRE Y LA NATURALEZA

La naturaleza en si misma tiene como componente "La violencia" de variadas formas. Nosotros no estamos libres de participar en esto, excepto que algunos tomamos conciencia de ello. Esto sería la diferencia entre lo salvaje y lo civilizado. La naturaleza es el mundo y, en consecuencia, el humano forma parte de ella. Lo que nos diferencia de otras especies que la conforman es nuestra conciencia, no solo de nosotros mismos, sino de todo lo que nos rodea: el hombre tiene la capacidad de cambiar, a gusto y necesidad, todo lo que tiene a su alcance para utilizarlo en su beneficio.

En lo que a mí respecta trato desde una visión realista y práctica, el convencer a los que pueda, a cuidar nuestro planeta

La historia del ser humano es una constante lucha por separarse de la naturaleza. Hecho que le resulta inútil, ya que forma parte de ella.El ser humano vivió, y lo sigue haciendo, involucrado y en constante conexión con fenómenos ambientales y seres vivos semejantes a él. Sin embargo, a medida que la calidad de vida de las personas mejoró, éste contacto -que al principio era claro y evidente- se fue deformando: hoy se puede vivir y morir sin necesidad de un contacto visual con un árbol, algo totalmente impensado para nuestros antepasados que, hace nada más unos pocos miles de años, lo hacían todos los días ya que significaba una fuente de alimento y energía indispensable para la vida en sociedad.

El hombre se ha convertido en el voraz destructor de la fuente natural de su propia vida, en su afán por superarse y, que en cierta forma se siente un poco Dios; creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo, se olvida que todas las cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la vida, que cada una tiene un rol.

Y así pudiéramos hacer una relación de cuanta cosa destruye y/o intenta destruir el hombre en su paso por la tierra y cada generación, como si fuese la última que fuera a existir. Tanto es el afán destructor del hombre, que intenta por igual destruir su pasado y el pasado histórico, los patrimonios de la humanidad

Aquí tenemos un ejemplo extremadamente engañoso: ¿Acaso el árbol no es igual de indispensable para nosotros como lo fue para nuestros ancestros? El oxígeno que respiramos todos los días y que nos permite vivir, ¿no es producto del proceso fotosintético? O, ciertos alimentos de nuestra dieta ¿no son provenientes de sus ramas? Las respuestas a las preguntas acabadas de plantear no pueden más que ser afirmativas.
Al resaltar la complejidad de nuestra de la relación con el medio ambiente en el que estamos inmersos, podemos darnos cuenta de la importancia que tiene la naturaleza para nuestra existencia. La tendencia moderna a vivir en la ciudad no nos permite pensarlo, lo que facilita el descuido. Este hecho perjudica principalmente al ser humano ya que la naturaleza, y el mundo, pueden existir sin necesidad de nosotros, pero es imposible para nosotros vivir sin la naturaleza
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