TEXTO MONOLOGO INTERIOR
Estoy
en un lugar tranquilo, alrededor hay árboles y el cielo me protege. Hay un
lindo cielo azul, con nubes pintadas de las cuales me imagino que son figuras.
La brisa juega con mis cabellos y siento el aire fresco en mi cara.
Nos hemos separado, pero sólo es distancia
física porque aquí puedo sentirte y escucho tus reclamos.
Me siento culpable, pero; para ser exacta no
sé por qué. Te conté parte de mi preocupación en la carta que te di por la
tarde del viernes, no sé si hice bien contarte esas cosas que sólo sumarán tus
preocupaciones y ya has tenido bastante; pero me hizo sentir un poco mejor.
Tengo
que ser más paciente y llevar las cosas con calma y que no se salgan de
control, sí le haré caso a tus consejos, reconozco que en este caso tienes la
razón. Quisiera marcharme lejos pero aún no tengo esa libertad. Pienso y hablo
conmigo misma, no me hagas caso, sólo son palabras en desorden, no; es mi
pensamiento en desorden. Ya no te daré más cartas, no es porque crea que le
tomas poca importancia a mis palabras, sólo es que te pido respuestas y no me
las das.
Al final
de cuentas siempre quedo como una exagerada que no sabe interpretar bien las
cosas. Qué terrible me siento al pensar en la carta que te di el año pasado,
antes de Navidad, sé que exageré demasiado pero fueron pensamientos que
exageraron un poco las cosas, además; tú me lo pediste. Me extraña que no te
hayas enojado pero sí reconozco que fue uno de tantos errores que he tenido y
que has aguantado. Me pregunto si antes era mejor, en aquellos años el cielo
era diferente, el que te cubría a ti y el que me cubría a mí, no era el mismo.
Yo también era diferente.
Algunas
cosas no han cambiado, mis libros siguen en el mismo lugar, los diarios siguen
aguardando otras historias, pero mi pluma se ha chorreado y las hojas se han
vuelto amarillas, pero aún no es el fin.
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